Capitulo 4

Decidí tomar la siguiente carta, estaba escrita en un papel similar al anterior por lo que debe ser en el mismo tiempo que la anterior. Solo que era impactante.

CAPITULO 4

SEGUNDA CARTA

Jacob, mi amigo Lobo

Solía alternar mis salidas a La Push con Charlie o a veces sola, cuando mi monovolumen necesitaba afinamiento o hacia sonidos extraños.

Jacob, el hijo menor de Billy Black se convirtió en mi mejor amigo, era fácil relacionarse con él, era el hermano que nunca tuve.

Su sonrisa me alegraba el corazón.

Había decidido regresar al claro del bosque donde una vez me llevaste, pero no tenía idea de cómo llegar, así que le pedí a Jacob que hiciera de guía. Caminamos muchas veces tratando de dar con el lugar y nada dio resultado.

Para entonces se oyeron rumores de campistas desaparecidos y 2 cazadores fueron hallados muertos cerca del río. Charlie se ausentaba mas de la cuenta, inició un seguimiento junto con los jefes de policía de los otros pueblos. Al parecer un animal estaba rondando la zona.

Me prohibió salir al bosque y en La Push tampoco podía estar ya que Jacob y su amigo Quill habían viajado. Pasé más de un mes sin verlos, tiempo en el que salí muchas veces con Mike, Jessica y Tyler. Aunque este último siempre buscaba quedarse asolas conmigo. Como si yo tuviera un letrero sobre la cabeza que dijera "disponible".

Solo dos días después de que Mike me invitara a cenar, recibí una invitación de Tyler para cenar también. Que originales!! ¿Acaso pensarían que no se cocinar? No. Jamás ninguno probaría lo que yo preparo. Salí con Tyler a un restaurante de Forks, donde sólo me hablo de las estrategias de juego y de la copa que ganaría para mí el siguiente mes en la final del campeonato. Cuando me llevó a casa intentó besarme en el umbral de la puerta. Reaccioné furiosa. Pero toda mi ira no era dirigida a él. Me sentía miserable, quería verte y gritarte a la cara, que esto también era tu culpa.

Que todas las invitaciones y ayuda de mis compañeros eran solo por eso. Porque me dejaste expuesta todos. Es que acaso por pagarte una cena o una entrada al cine se los tienes que devolver asi?... ¿Es que así funciona todo?

Golpee a Tyler y descargue parte de mis frustraciones en él. Se disculpó de mil maneras y lo eché de casa.

Al día siguiente muy temprano salí sola a buscar el claro en el bosque, caminé por 5 horas hasta que lo encontré. Era hermoso, tal y como lo recordaba, quise dar un paso hacia el centro pero mi corazón latía tan deprisa, recordaba nuestra primera conversación allí. Tus palabras parecían resonar en el viento…

"Isabella … No podría vivir en paz conmigo mismo si te causara daño alguno"

"Ahora eres lo más importante para mí, lo más importante que he tenido nunca"

Mentiroso… dije. Mentiroso… grité. Edward Cullen eres el mentiroso más grande que existe!!! ¿Cómo puedes vivir en paz si me estas haciendo tanto daño? Como puedes….

Una carcajada fría me dejó sin aliento. Había alguien allí. Se movía con tanta velocidad que apenas vi su sombra.

Una cabellera roja, una sonrisa siniestra.

Victoria.

Todo mi cuerpo quedó frío. ¿Así es como iba a morir? ¿Para eso me habías dejado? Entonces no valía la pena tanto dolor si así iba a terminar todo.

Reuní el poco valor que me quedaba, si iba a morir por lo menos lo haría con dignidad.

- Hola Victoria.- Saludé con indiferencia.

- Ohhh me recuerdas- siseo

- ¿Como olvidarte?

- Vaya, ¿que haces tan sola y lejos de casa? – Me preguntó

- ¿Sufriendo y tu?- fue todo lo que se me ocurrió, después de todo ella también debía estar sufriendo al perder a James. Sólo que James no la abandonó por su voluntad.

- ¿Te abandonó verdad?

- Si, me abandonó. Se fue sin dejar explicación. Al parecer yo le complicaba la vida. O se aburrió. Tú deberías entender mejor. Porque yo no lo entiendo aún.

- Entonces… ¿estas sola?

- Sí y no tengo tiempo para juegos. ¿Qué es lo que buscas?

- A ti pequeña. Ojo por ojo. Pareja por pareja.

- Entonces llegaste tarde, yo ya no soy su pareja – Sus ojos me miraban fijamente, era tan aterradora como bella. Parecía una leona a punto de saltarme. También se veía sedienta. Creo que tenias razón y mis instintos estaban mal, en lugar de huir quería quedarme y que esto acabara pronto, no soportaría 50 años de una vida vacía. Sería mejor una muerte rápida, si debía suplicarle algo sería solo que fuera muy rápida.

- No creo que él te haya olvidado, no funciona así con nosotros. Lo que no entiendo es porque no te transformó.

- Eso también me lo pregunto yo. Pero creo que era un código en su familia, no trasformar a nadie a no ser que estuviera muriendo. Tú sabes que ellos son diferentes, que no se alimentan de humanos. Yo no debí ser apetecible.

- No lo creo. De todas formas estoy hambrienta, serás solo un bocado y después podré restregárselo en la cara, aunque aun mi venganza no estará completa.

Se agazapó como una fiera para saltar sobre su presa. Cerré los ojos y esperé.

Un sonido de cuerpos chocando, gruñidos.

Cuando abrí los ojos estaba junto a 2 lobos tan grandes como caballos.

Uno de ellos salió corriendo tras Victoria y el otro volteó a verme. Sus ojos se me hacían conocidos. Me miraba con asombro.

Retrocedí un paso, no por miedo sino para verlo mejor. Era hermoso, dentro de su fiereza. Su pelo rojizo, sus músculos tensados.

Me miró profundamente. Se acercó, estiré el brazo hacia su hocico, hacía mucho tiempo que no sentía mi corazón latir tan deprisa. Tenía miedo. Pero la curiosidad era más fuerte. Pensé por un momento que acabaría conmigo. Solo lo toqué por un par se segundos, luego así como había llegado se fue.