Capitulo 11

Desperté en una cama con dosel, no sabía donde estaba, mi corazón estaba latiendo muy rápido y recordé. Te había visto, allí en ese corredor. En una pintura.


- Isa, preciosa ¿Estás bien?



Oí la voz de John a lo lejos, sentí sus manos en mi rostro. Enfoqué la vista y lo pude ver al lado de la cama inclinado sobre mí.


- Yo, no se que me paso…

- ¿Qué pasó? ¿Qué te asustó esta vez?

- John cariño, déjanos solas por favor- Oí la voz de su madre

- De acuerdo madre, esperaré afuera.

Él salió de la habitación aun preocupado. Ella se acercó a mí.

- Isabella, estoy muy intrigada y necesito aclarar algunas cosas contigo. Verás, subí a mi habitación hace un rato, te ví observando los cuadros de la familia. Pero cuando llegaste a uno en especial temblaste y caíste, pero hay algo que me dejó aun mas confusa…

- Sra. Yo lo siento mucho, no debía estar allí… pero…

- No tienes que disculparte por eso. Me encanta tener invitados en casa y eres libre de ir a donde quieras aquí. Dime porque no puedo soportar esto… ¿cómo es que sabías el nombre del joven del retrato?

- Yo, no lo se, como iba a…

- Te contaré una historia. Pero primero debes saber algo de sobre mi. Me casé muy joven porque me embaracé de John apenas a los 20 años, mi matrimonio no duró mucho tiempo y nos divorciamos, fue muy duro para mí pero después de un tiempo recuperé mi apellido de soltera. Soy Clara Massen y esta es la casa de mi familia. Todas las pinturas aquí son de ellos. Mis bisabuelos, abuelos, tíos, primos. Y ninguno lleva nombre, es algo que solo lo sabemos los miembros de esta familia, aunque no quedamos muchos ya. Solo mi hijo y yo. El cuadro que viste era de mi tío abuelo Edward. Él y sus padres murieron en una epidemia a principios del siglo pasado. Así que ahora te pregunto y quiero que seas sincera… ¿Cómo sabías su nombre?

Yo estaba perdida en mis pensamientos, recordaba vagamente una conversación anterior "Nací en Chicago en 1901" "Carlisle me encontró en un hospital en el verano de 1918. Tenía diecisiete años y me estaba muriendo de gripe española." "¿Y tus padres?" "Ya habían muerto a causa de la gripe. Estaba solo. Me eligió por ese motivo. Con todo el caos de la epidemia, nadie iba a darse cuenta de que yo había desaparecido".

- ¿No confías en mi verdad? Bueno de hecho no he terminado la historia. Hace 30 años yo estudiaba en Darmouth y conocí a un joven idéntico al del retrato. Él asistía a la facultad de medicina y aunque yo estudiaba leyes pude ir un par de veces mas a preguntar por él, no muchos lo conocían, quise averiguar más pero en esos días me enteré que estaba esperando un hijo, dejé la universidad y mi vida se complicó. Todo lo que pude averiguar es que ese joven de llamaba Edward Cullen. Así que tengo motivos para pensar que lo conoces o al menso a un hijo suyo.

- Conocí a un Edward Cullen pero es algo de lo que no deseo hablar.- Dije sorprendida pero me negué a seguir diciendo algo mas.

- Sólo quería saber de él. Verás, mi bisabuelo se llamaba William Massen y tenía un único hermano. Edward. Mi bisabuelo se encontraba en Londres con sus padres cuando estalló la guerra, de alguna forma se separaron en uno de los ataques y estuvo perdido por tres años allí. Durante ese tiempo no tuvo comunicación con su familia aquí. Cuando pudo volverse enteró que su hermano, su esposa y su sobrino habían muerto en una epidemia. Lo mas extraño, es que a pesar de que habían tres tumbas el cuerpo de su sobrino no estaba.

-¿Como lo supieron? Dije sin pensar.

- William inició la construcción de un mausoleo más grande y al trasladarlos los empleados le avisaron. Nunca hallaron el cuerpo de Edward hijo. Yo heredé esta casa y con ella su historia, muchos papeles y un diario de mi bisabuelo. Y aunque mi abuelo y mi padre me contaban a menudo que había sido trasladado e una institución mental en sus últimos años, sé que estaba lúcido cuando ocurrió eso. Por ese diario supe que él se había dedicado a buscar a su sobrino. Y no lo supe hasta que lo vi en Darmouth.

- ¿Qué supo Sra.?

- Llámame Clara por favor.

- ¿Qué es lo que supo Clara?

- Aun conservo el certificado de defunción de mi tío abuelo. Lo firmó un tal Dr. Cullen.

Se dirigió al tocador y sacó de él una carpeta con muchos papeles antiguos, muchos de esos que ya no se usan.

Extrajo con cuidado de un sobre otros papeles que deduje había guardado con mas cuidado y me lo extendió. En la parte mas baja estaba sin duda la firma de Carlisle.

Las manos me temblaban, pero ella tenía razón, había seguido esta historia a través del tiempo y no estaba equivocada.

- Isabella, esto es para mi muy importante. Es como saber algo que por mucho tiempo estuve buscando. Mi bisabuelo no estaba loco. Aquel Dr. Cullen se llevó a su sobrino. Lo cual quiere decir que en algún lugar tengo un primo o sobrinos y nos soy la única Massen que queda.

- No se si pueda ayudarte en esto Clara.

- Solo dime lo que quieras o puedas decir.

- Cuando estudiaba en Forks conocí a la familia Cullen. No eran muy sociables, los conocí poco.

- ¿Forks? ¿En Seatlle?

- Si. Se mudaron hace tiempo y no se a donde fueron.

- ¿Pero hablaste con él? Solo quiero saber si es feliz. ¿Su padre también se llama Edward?

- Apenas cruzamos palabras.- Vi su rostro de sufrimiento así que decidí mentirle.

- Bueno, si, se veía feliz. Sonreía mucho. Se llevaba bien con sus hermanos.

- ¿Hermanos? ¿Cuantos son?

- Bueno sus demás hermanos son adoptados. Son dos, un chico y una chica. Su padre era el medico en el hospital de Forks, me atendió una vez cuando tuve un accidente.

- Claro, él debe ser el joven que conocí en Darmouth. Eso me hace feliz, espero verlos alguna vez. Pero ya estoy mas tranquila, ese misterio ya ha sido develado. Gracias, gracias Isabella. Eres especial. Aunque s que no me has dicho todo, respeto tu silencio.

Era más intuitiva de lo que pensaba y sus ojos verdes eran muy bonitos, exactamente igual a los de su hijo. Escuche es sonido de la puerta y ésta se abrió.

- Los siento madre pero los invitados te reclaman no se si te has dado cuenta pero ya es mas de media noche.

- Oh lo había olvidado, quédate con Isabella por favor- Dijo levantándose, me dio una sonrisa y salió rápidamente.

- Isa ¿que pasó? ¿Qué era tan importante?- preguntó John con los ojos llenos de curiosidad

- Dejaré que sea tu madre la que te lo cuente si lo cree prudente. Yo no puedo decirte nada

- Bueno, respeto eso, aunque no me daré por vencido

- Y Annie- Pregunté para cambiar de tema

- Está abajo preocupada por ti. Aunque conoció a alguien.

- ¿Si? Quién es. ¿Lo conoces?

- De vista, hijo de uno de los amigos de mamá. Estudia leyes en nuestra universidad, aunque creo que está en último año.

- Me gustaría bajar, tengo un poco de hambre.

- Si claro. Te ayudo

Volvimos a la fiesta estaba tan cansada que nos marchamos pronto. Annie al parecer había sido fechada, su sonrisa era más amplia y tenía un brillo en los ojos. Y yo no quería saber nada más por ahora.

Capitulo 10

NAVIDAD Y UNA SORPRESA





Leía Más que nunca y me acostaba muy cansada, apenas tenía tiempo para ver a mis amigos, nos reuníamos cada dos o tres días para cenas. Solo Annie pasaba conmigo casi las 24 horas del día. Evitaba a John lo más que podía, no habíamos vuelto a hablar mucho desde la fiesta de Halloween.




Cuando el tiempo se hizo más frío me percaté de que diciembre había llegado.




Aún no había decidido donde pasaría navidad. Decididamente no volvería a Forks, no ahora.




Los días avanzaban y se veían los primeros adornos navideños y los primero árboles decorados. Hablaba con Renée cada fin de semana y me escribía muy seguido, aunque yo no le contestaba todos sus correos. Me extrañó que me llamara a mitad de semana.




- Cariño tengo noticias- gritó emocionada. Eso no sería nada que a mi me gustara.




- Suéltalo mamá.




- A fin de mes habrá un partido muy importante y el equipo de Phil ha sido convocado. Habrá muchos técnicos y directores de las ligas mayores. Es en Los Ángeles cariño. Nos podrías alcanzar allá para navidad, estaremos en un hotel, Phil no tiene problemas y yo estoy…




- Mamá tranquila, estaré bien. Bueno pasar la navidad en un hotel suena genial pero preferiría…




- No me vas a decir que irás a Forks!!- Replicó tan rápido que apenas pude pensar en algo.




- Eso no. Pero quisiera una navidad con nieve y amigos…




- Tú odias el frío Bella.




- No lo odio, es sólo que tengo exámenes en enero. Lo siento está comenzando mi clase, te llamo luego.




- Bueno cariño me avisas que estas planeando, ¿amigos? No habrá alguien especial.




- No!. Mamá tengo que cortar. Adiós.




En ese momento me di cuenta de la realidad. No tenía dónde de pasar la navidad. No iba a molesta a Renée y a Phil y no podía volver a Forks, el recuerdo de la navidad pasada era espantoso.




- Hola linda- Una voz me sacó de mis pensamientos.




- John. ¿Qué novedades?




- Dime, ¿tienes planes para navidad?




- Aún es pronto.




- Isa, sólo faltan 15 días, ¿no tienes pasajes o algo así?




- No. Bueno mi madre acaba de llamar. Ella y Phil se irán a Los Ángeles. ¿Por qué?




- Mi madre lleva organizando una fiesta de navidad desde hace unos meses. Y pues, si no tienes planes definitivos. Te invito formalmente.




- Oh, suena bien. Quién mas irá. Me refiero a aquí.




- Solo tu y Annie, los demás tienen familia esperándolos.




- Bien. ¿Annie también ira?




- No lo creo, prefiere pasarlo en el orfanato donde se crió, harán una representación de navidad y ellos son como sus hermanitos. Es afortunada, al menos en eso. Yo suelo pasarlo en el ático.




- ¿Y tu familia?




- Nunca hemos conversado al respecto. Bueno mis padres se divorciaron cuando yo era muy pequeño. Mi madre volvió a tomar su apellido de soltera y a vivir en la casa de su familia. Sus fiestas y bailes son muy pomposos y suelo aislarme a mirar fotos de mi familia en navidad.




- Lo siento. Mis padres también son divorciados.




- Tengo una idea. Podríamos ayudar a Annie en su obra teatral y raptarla para la fiesta. ¿Qué dices?




- Excelente, también podríamos recolectar juguetes para los niños.




- Si. Es una buena causa. Veremos que dice Annie.




La semana pasó rápido Annie y yo nos dedicamos a los vestuarios de los niños y John a la recolección de juguetes. Nos divertimos todos, cosiendo disfraces y forrando regalos.




Renée aceptó encantada que me quedara a pasar la navidad en una gran fiesta y Charlie casi me ordenó que me quedara en Chicago. Seguro tenía miedo a que regresara a deprimirme.




La noche buena cuando los pequeños terminaron su representación "Un cuento de navidad" recibieron sus regalos con preciosas sonrisas. Annie y yo nos vestimos, estábamos muy elegantes, aunque no sabía si sería suficiente para la alta sociedad de Chicago. Por primera vez sentí que necesitaba a mi mejor amiga y casi hermana. Pero reprimí ese pensamiento. Aquí ya los recuerdos no debían alcanzarme...




La casa donde se celebraba la fiesta era imponente y muy antigua. Llegamos con tiempo. John entro con nosotras llevándonos una a cada brazo y su madre dejó a sus invitados para venir a saludarnos.




- Querido llegaste. Pero que lindas damitas tenemos aquí.




- Lo siento madre nos retrasamos un poco. Ya sabes…




- Oh me alegro de haber podido colaborar.




Entendí de donde había sacado tantos juguetes.




- Madre te presento a Isabella Swan y Annie York




- Encantada. Clara... En ese momento se oyó el chirrido de unas llantas y volteamos a ver que pasaba. Afortunadamente fue solo alguien que frenó con imprudencia.




- Por favor adelante. Iré a ver quienes son estos invitados tan desesperados.- Nos dijo la madre de John con una sonrisa y salio a prisa del hall.




John nos guió a un salón precioso




- ¿Desean algo de tomar?




- Si tengo sed- Dijo Annie




- Les traeré refrescos- Dijo John y salió rumbo a otro salón más grande aun.




Quedé deslumbrada con la elegancia de de la residencia. Era como retroceder 100 años en el tiempo. Las altas arañas de bronce, el piso de mármol blanco y una espectacular escalera, era como estar en un palacio. No se porqué pero lentamente me acerque a esos preciosos barandales y subí hacia el segundo piso, sentí unos pasos detrás de mi y pensé que era Annie que me seguía. Había muchos retratos a lo largo de un gran corredor blanco, todas de tamaño natural. Cuantos años estarían aquí estas pinturas, se venían tan reales. Gente que había vivido en esta misma casa hace tanto.




Y al terminar ese pasillo, muy al fondo. Te vi. Me mirabas fijamente.




- Edward!!- Grité. Todo daba vueltas y se volvió oscuro.

Capitulo 9

Edward POV





Me sentía confundido y mareado con tanta nueva información, a pesar de que mi mente era mucho mas rápida que la de los humanos no podía procesar las emociones tan rápido como quería, cada nuevo detalle me tenia angustiado. Victoria no se había detenido y la seguía. Di gracias al cielo de que ese lobo estuviera cerca, pero sentía gran rabia al saber que la había besado. Ella le había golpeado, pero eso no evitaría la comparación. Tengo que apartar esos pensamientos de mi mente. Aquí solo importa si Bella era feliz, ya dejaría para después mis celos y los demás instintos asesinos que me asaltaban al pensar en eso.




Bella se vería diferente traté de imaginarla con esos cambios. No importaba de que color serian sus ojos o su cabello, siempre seria mi Bella, aunque tuviera 100 años yo la seguiría amando igual.




Pero me tenía preocupado Victoria, lo de la desmembración es terrible no creo que hubiera vuelto acercarse a ella en algunos meses, quizás un año, pero estaba seguro que volvería. Para vengarse de mí. De eso también me sentía culpable. Nunca debí haber aparecido en su vida. Debí alejarme en cuanto pude, fui débil y solo pensé en mí.




Pero Bella era más fuerte, había ido a Chicago, mi tierra natal. Un lugar apacible y de ensueño. Al menos hace cien años. Ahora era diferente. Hacía muchos años que la casa en que viví había desaparecido para construir un centro comercial allí. Pero las noches eran como antaño. Las estrella brillaban igual, eso no había cambiado, ni el mágico resplandor del lago en los atardeceres, igual al ultimo que vi en mi vida humana. Bella estaría allí, viviendo cerca de mis recuerdos humanos. Me alegraba saber que había encontrado nuevos amigos, aunque no podía controlar las punzadas de dolor al saber que otros ojos la miraban como yo. Ella era hermosa y dulce. No sabía lo perfecta que era.




Y había dejado estas pruebas para mí. Pruebas de que había vivido, de que todos mis esfuerzos no fueron en vano, aunque me sintiera terriblemente mal por no haber estado allí para protegerla.




Había otra carta más, un poco menos larga que las anteriores, seguro sería de su primer año de estudios, sus amigos, su nueva vida. Me acomodé mas para leerla, aunque fácilmente habría terminado todas las cartas en unos minutos, prefería hacerlo a velocidad humana para saborear cada línea, cada palabra. Imaginaba su voz, narrándome todo aquello, contándome al oído su experiencias y sus vivencias. Aunque hubiese querido leer mas rápido no lo habría logrado, imaginar su voz me hacía soñar, aunque eso no fuera permitido a seres como yo. Los monstruos no deben soñar y menos con un ángel como ella.




TERCER CARTA




Halloween




La primera semana allí fue genial. Todavía no comenzaban las clases pero podía compartir con mucha gente.




Mis compañeras de habitación eran divertidas, una había nacido en Cuba de llamaba María y me contaba sobre historia de su país y de una revolución, pero que no podía ir a visitar a su abuela. Eso me pareció muy triste, ya que yo no tenía abuelas y ella que tenia no podía verlas. La otra Annie, era de New York, no tenía padres y había crecido con tíos hasta que ellos ya no pudieron mantenerla y la dejaron en un albergue en Chicago, había conseguido una beca por mérito. Estudiaríamos lo mismo así que ella sería mi mejor amiga. A ambas nos encantaba la lectura y habíamos entre las dos armado nuestra biblioteca común. La literatura era nuestro mundo y también nuestro futuro.




Estaba animada con mi nueva vida. No quería recordar para no caer nuevamente. Así que decidí ser tan extrovertida como pudiera. Presenté a mis amigas a los nuevos chicos que conocí y todas las noches salíamos a pasear. Solíamos recorrer el lago y contarnos historias de los lugares donde veníamos. Eso fue mucho material en mi cabeza. Como si quisiera escribir sus historias, sus recuerdos, incluso las historias extrañas de sus pueblos, de sus ancestros.




Cuando me tocó el turno de contar mi historia, solo pude narrarles como había sido mi vida en Phoenix y algunas leyendas de Arizona.




John siempre buscaba estar a mi lado cuando narraba algunas leyendas del Valle dormido o las historias de los atrápasenos. Eso les gustaba mucho.




Un día mientras contaba una leyenda de las minas de Phoenix y de la desaparición misteriosa de muchas personas, María me interrumpió.




- Isabella, tengo entendido que tú no naciste en Arizona. No eres de allí aunque hayas vivido algunos años. Creo que eres de Washington ¿verdad?




- Washington DC? Preguntó Annie.




- Seattle- respondí. Pero he vivido toda mi vida en Arizona, no recuerdo Seattle.




- Pero… tus papeles Isabella, vienen de un instituto en Washington. Estudiaste allí verdad.




- Es una larga historia y además fueron solo dos anos… mejor dicho un año y medio.




- Tranquila- Me dijo John- si no quieres hablar de eso no hay problema. Me gustan tus historias de Arizona y de las minas embrujadas y todo eso.




- No es que no quiera hablar de ello. Es solo que no hay nada que decir. Fue un año y medio de nada. No me paso nada allí. Eso es todo.




No pude continuar. Me levanté y me fui rápidamente, tratando respirar. De no sentir otra vez el vacío en el pecho.




Los primeros meses fueron un poco más difíciles. Me había inscrito en muchas materias, tantas que no me dejaban pensar en otra cosa que no fuera estudiar y leer. Salía con mis amigos algunas noches pero solo un par de horas. Regresaba pronto ya que ni quería perderme mis horas de sueño.




Ese año Juliet y Karin estaban en la comisión para organizar un baile de Halloween y tuvimos que salir todo un día a conseguir calabazas.




Las ayude todo lo que pude aunque no tenía muchas horas libres. El salón de baile quedó genial, muy tétrico. Aunque no tenía pensado asistir al baile, ellas ya habían elegido los disfraces para todos. Juliet tenía un precioso vestido Zulu, era muy atrevido y estilizado pero decía que le recordaba el lugar de donde eran sus antepasados. Karin tenía una toga griega, también muy sensual. Rachel tenía una falda escocesa muy bonita aunque la blusa era tan pequeña.




Anton iba disfrazado de Mariachi, ya que su abuela materna era mexicana. Hasta María se había vestido de guerrillera. Y Annie, traía un vestido de los años 20 de un tipo de baile llamado Charleston o algo así. A mi me habían elegido un vestido al estilo Pocahontas. Pequeño y llenos de pequeñas plumas e hilos de colores. No había visto aun el disfraz de John porque él mismo lo había comprado.




Llegamos muy temprano para observar todos los detalles sobre la música y los bocaditos. Me habían insistido tanto en que las ayudara que decidí quedarme solo un par de horas y luego iría a dormir.




Había amucha gente y todos disfrazados, zombies, osos, brujas, princesas. Y allí estaba yo con mi pequeño traje de india.




Estaba tomando un ponche, cuando alguien me tomo de la cintura, me volteó rápidamente buscó mi cuello y con una voz sumamente aterradora me susurró




– Quiero tu sangre.




Me quedé petrificada, sentí una corriente traspasar mi columna. Traté de pensar en donde estaba pero todo fue inútil. Solo vi oscuridad y me hundí en ella.




Cuando desperté estaba en la enfermería. John y Annie estaban conmigo.




- Isa, por favor, perdóname, lo siento.- Decía John muy apenado




- Eres un tonto, como pudiste hacerle algo así. No sabes que hay gente que ha muerto de susto.- le reclamaba Annie.




- Ya estoy mejor, ¿que me pasó? - Pegunte




- Te desmayaste, pensamos que te había dado un ataque cardiaco, estabas pálida.- Dijo María que estaba en un extremo de la habitación.




John se acercó un poco más y pude observar el traje negro y la capa que traía. Ya no tenía maquillaje aunque todavía se le veían las ojeras negras bajo los ojos. Y entendí. Él se había disfrazado de vampiro y había intentado sorprenderme.




- Isa, perdóname.




- No hay problema John. Es sólo que me pillaste desprevenida.- Le sonreí – Ya me puedo ir a mi habitación, tengo sueño- Les dije a todos.




- Bueno, si creo que si puedes. Pero Annie y yo iremos a ayudar a los demás a recoger todo. John acompaña a Isabella a su habitación por favor- Dijo María




Salimos de la enfermería sin decir nada, el estaba aun muy avergonzado y yo no quería decir nada. Caminamos en silencio. Había luna llena y las estrellas brillaban mucho. Llegamos a mi pabellón y entramos. Nos detuvimos frente a mi puerta para despedirnos pero él pareció dudar.




- Isa- me dijo casi tartamudeando. - ¿Quién es Edward?- Me preguntó




- ¿Qué?.. ¿Quién?.. Como es que tu… yo no se…- Dije atropelladamente




- Cuando te desmayaste y te llevé a la enfermería no dejabas de repetir ese nombre.




- No es nadie. Por favor vete, no quiero hablar de nada. Adiós.




Abrí mi puerta, entré y la cerré de golpe. Aún aquí los recuerdos me seguirán. No debía permitirlo. Caí en mi cama y me quedé dormida.

Capitulo 8

Lo siento me quede sin internet jeje xD puras  fallas jaja pero ahi esta el otro capitulo nos vemos :D

_________________________________________________________________

CAPITULO 8




Desperté al siguiente día, adolorida y con muchos moretones.




No podía recordar que fue lo que pasó.




- Bella hija, ya te despertaste amor.




- Mamá, ¿que fue lo que me pasó?- le respondí completamente aturdida




- Nos tenías preocupados. Jacob te trajo pasando la media noche. Te caíste amor, en la playa, te golpeaste con una roca.




Entonces recordé aquellos ojos y cabello rojo, no lo había soñado era ella.




Victoria que saltó sobre mí.




Pero ¿que mas había pasado?, me había preparado nuevamente esperando por una muerte que no llegaba. Oí a lo lejos el chocar de dos cuerpos. Gruñidos, jadeos y el tronar huesos. Traté de huir, corrí hacia las rocas, antes de llegar un fuerte golpe me lanzó hacia adelante. Sentí mi cuerpo golpear contra algo duro y no recordaba mas.




- ¿Dónde esta Jacob? – Pregunté a mi madre.




- Bueno hija su vuelo salió a las 8 de la mañana, como no despertabas dijo que te llamaría.




- ¿Qué hora es mamá?




- Medio día cariño. Vamos no te sientas mal. Ya te llamará cuando llegue a Forks. ¿Dime que pasó? ¿Pelea de enamorados? Bella hija cuéntame. Que hacías en las rocas, sabes que tu equilibrio no es bueno y menos de noche. Jacob me dijo que te molestaste con el y que corriste y te caíste.




- Ninguna pelea de enamorados mamá. Jacob sólo es mi amigo. Y sí, me molesté con él porque me besó y corrí.




- Bella hija debo confesar que tienes buen gusto. Edward era muy atractivo y encantador. Pero Jacob es tan alegre y sensual. Son definitivamente opuestos, pero muy guapos los dos.




- No quiero hablar de eso por favor.




- Vamos hija, ya debes superar lo de Edward. Dime ¿no te ha escrito? ¿Alguna llamada o correo? Vi el año pasado como cuidaba de ti. No se como pudo marcharse así. Debe haber sido por algo muy fuerte, nunca vi a alguien tan preocupado ni enamorado a su edad.




- No lo sé mamá. Por favor cambiemos de tema.




- Como quieras hija. Vístete y baja a comer algo. Tienes toda la tarde para preparar tus maletas, recuerda que tu avión sale mañana temprano.




Por la tarde no resistí más y llamé a La Push




- ¿Si? Me respondió una voz cansada. Era Jacob




- Jacke, como estas, que pasó, no entiendo, dime…




- Calma Bella. No pasó nada.




- Como que nada. Tu también me vas a tratar como una niña a la que no se le debe decir….




- Bella para ya con eso, deja que te cuente, hablas muy rápido.




- Escucho.




- Después de nuestro romántico beso y tu dulce caricia, te fuiste corriendo, temí que te cayeras, ya sabes, tus pies no son seguros. Llegué justo cuando esa chupasangre te saltaba encima. Parece que te tiene fijación. Peleamos, pero cuando corriste se me escapó y te empujó. Creí que te habías hecho mas daño. La despedacé pero no tenía fuego en ese momento además estaba preocupado por ti. La dejé allí, te tomé en brazos y te lleve a casa de tu madre.




- ¿Entonces ella sigue viva?




- Buen chiste. Esa alimaña esta más muerta que una piedra. Pero me imagino que se habrá vuelto a armar, son difíciles de matar. Debe seguí por allí todavía, pero no creo que piense volver en mucho tiempo. Sabes, cuando ellos son despedazados de esa forma les cuesta mucho volver a recomponerse, además que les duele. Pasará tiempo hasta que recupere su fuerza.




- Gracias.




- No hay de qué. ¿Como esta mi suegrita?




- Jacke, basta de bromas. Gracias por todo. Espero no verte en un buen tiempo.




- Claro, solo para navidades y pascua, acción de gracias y claro el año que viene.




- ¿El año que viene?




- Claro preciosa, el año que viene me tendrás en tu universidad, presentaré mis papeles pronto y el próximo año estaré estudiando contigo. ¿No te parece bien? Bueno me da lo mismo si no quieres, es algo que tengo decidido.




- No necesito una niñera ni un protector. Sigue con tu vida yo no necesito de ti ni de nadie. Y si vienes no habrá espacio para ti en mi vida. Te lo juro.




Y diciendo esto ultimo colgué el teléfono con rabia.




Por qué todo el mundo estaba preocupado por cuidar de mí. Sería acaso que me veía demasiado frágil. Demasiado vulnerable.




No esto no podía ser. El cambio empezaría hoy, en este instante,




Salí rápidamente de casa y fui al centro. Compré mucha ropa para cambiar por completo mi modo de vestir. Arregle mi imagen con un nuevo corte, bastante mas cortó por cierto y me daba aspecto de ser mayor. Mandé a pintar mi cabello de un color rojizo y compre lentes de contacto (lentillas) de color verde.




Me costó mucho trabajo despegar mi vista del espejo. Esta ya no era la Bella que conociste. Esta era una nueva mujer. Mucho más fuerte y más decidida. Si tenía que vivir una vida, lo haría a mi modo.




Mi madre celebró mi cambio de look, a ella siempre le fascinaban estas cosas. Phil también celebro mi aspecto y los despedí al siguiente día.




Abordé el avión rumbo a Chicago, el lugar que había escogido para iniciar mi nueva vida. Era ilógico pensar que rompería con todo y me olvidaría del pasado. Como podía hacerlo si viviría en la tierra que una vez te vio nacer. "Será como si nunca hubiese existido". No al menos pisaría el suelo que una vez recorriste. Miraría el lago en el que tú creciste y por la noche vería las estrellas que tú mirabas cuando tu corazón latía.




Cuando estuviera sola sería tu misma Bella. Pero cuando hubiera gente cerca sería esa nueva Isabella que había creado.




El campus universitario era imponente y temí perderme en él. Pero al bajar del taxi accidentalmente golpee al abrir la puerta a un muchacho que iba con un grupo de amigos. Fueron muy amables y me guiaron a la recepción donde verificaron mis datos y me dieron un plano para ubicarme. Había conseguido amigos y me había hecho un espacio en ese lugar. Compartiría la habitación con dos chicas muy agradables. Me recibieron bien, ellas habían llegado días antes.




Luego por la tarde, aquel joven que golpee y sus amigos vinieron a buscarme para mostrarme los lugares más importantes. La biblioteca, el comedor, las salas de estudio, el auditorio y el inmenso estadio.




Al final del día tenía 5 nuevos amigos Rachel, era rubia y de ojos azules. Juliet, era muy alegre y morena. Karin, pelirroja y muy pecosa. Anton era castaño y de ojos muy negros. Y John el que recibió el golpe y que ya me había dicho más de diez veces que no le importaba, era alto, con el cabello muy negro y con rizos, sus ojos eran verde esmeralda, sus facciones muy finas y su andar elegante.




Yo me había presentado como Isabella y así quería que me llamaran. No les importó solo John insistió en llamarme Isa un par de veces y así lo dejé, sería un nuevo diminutivo y me gustaba.

Capitulo7

Hola chicas  como estan?? saben lo pense y creo que seria mejor si publico los lunes y los jueves asi no se quedan con tantas ganas de saber que pasa ^^ que esten genial

_____________________________________________________

CAPITULO 7


Me marche a Jacksonville una semana después del baile de graduación. Iría a visitar a René un par de semanas antes de ir a la universidad de Chicago a estudiar Literatura. Me despedí de Charlie y de todos mis amigos. Jacob me acompaño como había prometido, para asegurarse de que todo marchaba bien.


Phil por entonces había sufrido un accidente jugando y estaba en casa siendo atendido por mi madre.


Se alegraron de verme aunque se sorprendieron por mi novio nuevo. Así es como se presentó Jacob aunque traté de impedírselo. Me trataba con demasiada pasión para ser un simple amigo. Salíamos a la playa todas las mañanas, el sol era asombroso, había olvidado lo tibio y agradable que era sentir el sol en mi piel.


Jacob era muy galante conmigo, aunque directo y revoltoso también. Tenía sus momentos para todo. Las noches en Jacksonville eran muy animadas habían karaokes y mucha vida nocturna.


La última noche antes de que me incorpore a la universidad de Chicago y Jacob regresara a Forks, salimos a pasear a la playa. Había luna llena y la arena era tibia bajo nuestros pies.


- Bella, mañana me voy y no te veré en un lago tiempo- Dijo algo nervioso Jacob.


- Por favor, de ahora en adelante llámame Isabella, ya no quiero que me llamen mas Bella. He iniciado una nueva vida y pienso cambiar algunas cosas. Mi nombre, mi cabello, mi ropa. Quiero empezar de cero. Quiero tratar de ser feliz.- Traté de hacerlo con una sonrisa, pero era difícil aun.


- Entonces Isabella, no se cuando nos veremos nuevamente, espero me permitas escribirte para contarte como van las cosas en Forks, prometo que cuidaremos de tu padre, pero quiero que me prometas que al menor indicio de actividad fuera de lo normal me avisaras o me llamarás. No estaré tranquilo hasta tener la certeza de que esa alimaña deje de existir. No quiero que nada perturbe tu vida, nunca más.


- Prometo que a la menor señal de peligro gritaré tan fuerte que puedas oírme.- Dije tratando de sonar divertida.


- y yo prometo escribir y llamarte seguido, aunque la nueva Isabella tal vez no tenga tiempo para los amigos… Estarás muy ocupada tratando de ser diferente. Y aunque creo que es una buena idea puedo darme cuenta de que aún sufres mucho- dijo mirándome profundamente


- Son ideas tuyas Jacke, no trataré de ser diferente solo de variar un poco mi visión de las cosas, no puedo seguir siendo la misma, esa Bella murió hace tiempo.


- ¿Entonces la nueva Isabella podrá hacerme espacio en su vida? – Preguntó tratando de parecer casual


- Claro que tienes espacio en mi nueva vida, no esperarás que me quede sin amigos. Tendré mucha gente nueva en mi mida, pero los amigos de Forks siempre serán bienvenidos a ella.


- Yo no me refería a un simple amigo- Me dijo acercándose peligrosamente a mi.


- JAke no creo que esto sea buena idea.- Le confesé. No era que no me gustara, de hecho era muy atractivo, solo que era el hermano que yo siempre había querido tener, un hermano en quien confiar y en quien apoyarme cuando me sienta mal. No de esa manera, no quería que nadie se acercara de esa forma.


Sonrió, como pensando en algo gracioso.


- Bien entonces haré una prueba, pero promete que no te molestarás conmigo.- Me dijo.


- No creo poder estar molesta contigo, pero que prueba necesitas para….


Me besó con furia, con mucha fuerza, como nunca había sentido. Unos calidos labios, un corazón desbocado.


Quise pararlo, quise gritar, pero sus brazos eran fuertes.


No se cuantos minutos duró, solo se que en cuanto terminó un sonido y un eco fue todo lo que se oyó en el silencio. Mi mano salió mas rápido de lo que mis ideas se tardaron en juntarse. Y cayó rápida sobre su rostro, haciendo que se marcara en su mejilla.


- Jamás vuelvas a hacer eso Jacob Black. Nunca me oíste. Quien te crees para besarme. Mi salvador. ¿Mi ángel guardián?


- Dijiste que no te molestarías. Bella sabes lo que siento, no podías no haberte dado cuenta.


- Isabella para ti desde ahora en adelante. No me había dado cuenta de que esto era lo que querías sino te habría dejado en Forks. Y ya basta con esta tontería de decirle a mi madre que eres mi novio. Jamás lo serás. Jamás habrá nadie mas en mi vida, me limitaré a estudiar, ha hacer nuevos amigos, a conseguir un titulo, a tener un buen empleo y a envejecer.


- Eso es lo que quieres? ¿Negarte una vida plena? ¿No crees que merezcas más? Sigues así porque ese maldito chupasangre te dejó verdad. Pues para tu información el no es el único hombre en el mundo. No es el único hombre que te ama.


- Yo no quiero amor, no quiero a nadie. Vete y no vuelvas más. Si estoy en peligro te avisaré pero vete. Sal de mi vida Jacob, tú y todas las criaturas mitológicas del mundo. Desde ahora ya no creo en ustedes, ni siquiera creo en el ratón Pérez, toda la magia de mi vida ha desaparecido.


- Puedes negar todo lo que quieras Bella, hasta tu nombre. Pero tu corazón necesita volver a darse una oportunidad. No te cierres.


Pero quien creía que era. Un mocoso menor que yo, para darme consejos sobre como vivir. Que sabía el del amor. Que sabia de todo lo que sentía. Nada.


Corrí por aquella playa, mis lágrimas caían. No debía llorar, no debía sufrir más.


¿Edward, donde estas? Te necesito!!. Grité al mar



Y entonces la vi.


Salió del mar como una aparición. Al principio pensé que era una de esas sirenas de las que tanto se ha hablado en libros. Vagamente recordé una película que vi cuando era niña, un dibujo animado. Porque sus cabellos eran profundamente rojos. Pero tenía piernas y caminaba hacia mí. No era una aparición, sus ojos también eran rojos y me miraban con frialdad.


- No te va a doler me dijo… y entonces ya no sentí nada mas.

Capitulo 6

como prometi aqui esta ol otro, nos vemos ^^

_______________________________________________


Esa noche tuve sueños muy extraños, yo saltaba de un acantilado y era rescatada por Victoria. Esos no fueron buenos sueños después de todo.

CAPITULO 6
Edward POV
No salía de mi asombro. Como pude dejarla tan indefensa. Yo seguí a Victoria hasta Brasil, pensé que ella aun estaba por allí perdida en esa inmensidad de selva, donde no podría llegar a Bella. Soy un pésimo rastreador. Como pude quedarme lejos tanto tiempo. Bella estuvo a punto de morir por mi culpa una vez más. Pero había sido salvada por licántropos, esas criaturas tan impredecibles, pudieron haberla lastimado. Pero la protegieron, mejor de lo que yo nunca pude hacerlo.


Todo estaba mal. Porque a ella. Porque tenían que pasarle todas estas cosas juntas. No podría acaso seguir una vida normal, una vida humana. Ser feliz.
No se puede volver atrás el tiempo. Ni borrar todo el daño que se ha hecho.
Como pude ser tan tonto. Debí haber estado allí, a su lado protegiendo cada paso que daba. Fui un egoísta y un cobarde. Ahora me daba cuenta de ello.
Tomé una carta más y la abrí con cuidado.


ADIOS FORKS


La mañana antes de la graduación conduje sin rumbo solo para no quedarme en casa mirando las paredes, que es lo que solía hacer todo el tiempo. Mi corazón estaba roto y latía por pura inercia. Salí del pueblo hacia el norte y seguí la carretera, encontré con dificultad aquel sendero hacia tu casa.


Me detuve para observarla. Se veía abandonada y las hierbas en el jardín crecían cubriendo las flores. Me dolió el pecho al recordar aquella noche de mi cumpleaños. Si nada de eso hubiera pasado, estarías aquí conmigo. Te necesitaba tanto.

Bajé del auto y miré por la ventana. Tu piano seguía en el mismo lugar, ¿Extrañaría tanto tus manos como yo?


"Será como si nunca hubiese existido"


No, jamás sería así. Mi vida no podría ser la misma. Nunca más. Podrías haberte ido al otro lado del mundo, haberte llevado tus fotos y todo lo que me recuerde a ti. Pero jamás podrás llevarte esto que siento, ni mis recuerdos. No podrás hacer que te olvide, que te extrañe, que piense tanto en ti a cada segundo y en cada latido.


Jamás podría reír con toda mi risa, jamás nada llenaría el agujero que tenía en el pecho. Aquel dolor estaría siempre conmigo, para recordarme que en algún lugar del mundo existía alguien que amaba más que mi misma. Alguien que me había dejado y que no me amaba.


Era hora de dejar este lugar, este pueblo iniciar una nueva vida y empezar otra vez. A dónde me llevarían mis pasos. A dónde conduciría mi destino. ¿Cada vez más lejos de ti? Con cada hora de vida me alejaría más.


Entonces tome una resolución. Ya que querías que viviera una vida. Yo te daría una.
Así que tomé la decisión de escribirte cada experiencia humana que tuviera, cada cosa importante que me sucediera. Cuando salga de Forks no seré más Bella. Tu Bella se quedaría aquí esperándote. Ahora viviría solo porque tú me lo pediste, aprovechando cada experiencia, cada día. Sin recordarte, sin lagrimas y sin ti.


No se cuanto pueda soportarlo, ni cuantos años me lleve aceptarlo ni entenderlo. Sería como si nunca hubieses existido. No volvería a mencionarte, ni a recordarte. Solo me llegaría tu imagen en sueños, sólo eso tendría de ti.


Llegué a casa y me encerré en mi habitación para escribirte. Vendría aquí cada año con una nueva carta para ti, que dejaría en esta pequeña caja. Si regresabas, sabrías que estoy bien y podrías marcharte. Aunque mi mente me lo decía, algo en mi gritaba por dentro. ¿Para qué regresarías?
No importa, igual dejaría esto aquí para ti. Mi habitación cerrada pero la ventana debía estar abierta siempre. Cogí un martillo de las herramientas de Charlie y destrocé la cerradura de la ventana, que siempre estaría abierta para ti.

Capitulo 5

Hola  chicas!  antes de empezar quiero aclarar que no soy Patty,  ella solo me dejo subir a mi blog su Fan Fic  (Una vida sin ti )...  siento mucho subir los capitulos tan tarde pero es que me ausente por la escuela pero prometo subir capitulos cada jueves aqui les dejo el el capitulo siguiente y uno mas!! :D disfrutenlos.

 Anabella cullen
___________________________________________________



Pensé por un momento que acabaría conmigo. Solo lo toqué por un par se segundos, luego así como había llegado se fue.

CAPITULO 5
Mi mente no podía aceptarlo, no podía aceptar lo que había visto. Me levante como pude. Corrí hacia mi auto, demoré menos de media hora en alcanzarlo
Llegue a casa temblando, había comenzado a llover.


Charlie aún no llegaba, así que preparé la cena veloz, algo de pasta y una salsa con carne.
Subí a cambiarme, todavía sentía palpitar mi corazón muy rápido.


¿Qué había pasado? ¿Fue real o me lo imaginé?
Tenías razón, yo era un verdadero imán para los problemas. ¿Bajo que estrella habría nacido?
Me sentía tan desprotegida.


Una vampira buscando venganza y un lobo enorme salido de cuentos. Realmente yo había nacido sin un ángel de la guarda.


Abrí la puerta de mi cuarto para buscar una muda de ropa para cambiarme y algo me detuvo en seco.


Había alguien allí, mirando por la ventana de espaldas a mí.
Me llevé la mano al corazón. - Volviste! Pensé. Volviste por mí.
Pero al notar mi presencia, él dio la vuelta.
Había crecido mucho y se veía como si hubiera ganado peso. ¿Podría alguien normal crecer tanto en tan sólo un mes?


- Jacob. ¿Eres tu?- Fue todo lo que pude balbucear.
- ¿Bella, estas bien? Noté temblar su voz.


Se acercó a mí de dos pasos, me miraba con una extraña fascinación y a la tenue luz del atardecer reconocí sus ojos.


Alcé mi mano hacia su rostro, mantuve mi mano contra su rostro, hasta que se dejó tocar. Y recordé. Recordé los cuentos de terror que me había contado la primera vez que fui a la playa en La Push. Su raza, descendientes de lobos. Si las leyendas con respecto a los vampiros eran ciertas, porque no debían serlo las que hablaban de los lobos. Licántropos, humanos que se transforman en lobo.


- Gracias- Musité
- Vaya- dijo y soltó una carcajada. –Es increíble, me reconociste a la primera. Bueno entonces agradécelo mejor. A que si me merezco un abrazo- Dijo tan fuerte que me devolvió a la realidad.
- ¿Se puede saber que haces en mi habitación? Le grité. – No recuerdo haberte enviado una tarjeta de invitación- Le sonreí
- Oh disculpa solo seguía el olor, ahora dime ¿por qué señorita su habitación tiene ese horrible olor a vampiro?
- ¿Es reciente? – Le pregunté y me estremecí
- No, este es diferente y es muy tenue- dijo mirándome muy inquisidor
- Entonces no es de tu incumbencia. Sal de aquí y toca la puerta como lo hace la gente normal. Te invito a cenar- Le respondí. 


No quería que viera mi rostro enrojecido, era la primera vez que alguien se daba cuenta de tu presencia en mi habitación. No creo que se atreviera a contarle a Charlie pero de todas maneras me sentía culpable.


Salió rápidamente por la ventana y en menos de 10 segundos o-i el timbre de la puerta. Bajé corriendo a abrirle.


- Así que no me vas a contar. ¿Era su olor verdad? De tu chupasangre. Sinceramente Bella dime ¿qué podías ver en un monstruo como él? - Preguntó
- Él no es ningún monstruo. Como tampoco creo que lo sea el lobo que vi hoy. Todo depende de la perspectiva con que mires- Le grité ofendida.
- ¿Así que la garrapata esa no es peligroso entonces? ¿Sería seguro para todos en el pueblo convivir con esas alimañas acaso? ¿Le podrías confiar un bebé? ¿Crees que sería capaz de resistir? Me preguntaba o más bien me gritaba.
- Le confiaría mi vida entera. ¡Todo!- Grité y sentí humedecerse mis ojos.
- Bueno está bien, no pretendo hacerte llorar. Ya me contarás. Además tengo hambre.


Le serví un buen plato de pasta, se la acabó en menos tiempo del que me tomó servirme uno para mí.
- Vaya, te dio el desarrollo- me reí.
- No voy a andar con rodeos. Explícame, quien era esa alimaña que conversaba contigo hoy. ¿Acaso una amiga confiable?


Me senté pero al pesar en Victoria se me fue el apetito. Le pasé mi plato y empecé narrarle lo ocurrido el año anterior. Ponía cara de espanto cuando escucho la parte donde James me atacó en Phoenix.


- Entonces tu chupasangre y todas las demás garrapatas te salvaron. Increíble.
- Si sigues llamándolos así no voy a decirte nada mas.- Le dije
- OK. Los vampiritos. Entonces te salvaron y luego te abandonaron. Creo que eso es lo mejor, si te hubieran hecho algo le hubieran lamentado.- Decía mas para él mismo
- Hubo un incidente y se marcharon. Pero no tengo ganas de hablar de eso ahora- Dije – Gracias por lo de hoy, en serio, ya me estaba despidiendo del mundo. ¿Pero que fue de ella?- Le pregunté
- Es realmente escurridiza, logró escaparse, ya casi la teníamos, pero saltó por el acantilado. En el mar es más difícil atraparla. Pero seguro volverá. No te asustes, estaremos vigilando, dentro de unos días seremos más y podremos cuidarlos mejor.
- ¿Hay más como tu? Quiero decir, vi otro lobo más, pero no entiendo. Cuantos más de ustedes serán. Como funciona eso.
- Bueno creo que cuando un hay suficientes chupas… vampiros cerca, se activa algo instintivo en nosotros. Los Cullen se han marchado pero el cambio ya se ha puesto en marcha. Al principio era solo Sam, luego fui yo. Dentro de una semana dos más se nos unirán. Eso probablemente quiera decir que tendremos mas visitas. Seguimos el rastro de otro más anoche.
Me sentí tan desamparada, al oír eso, temblé por dentro.
- Dime tu graduación ya está cerca, has pensado que vas a hacer o a dónde irás. Por favor que sea un lugar muy soleado donde no te puedan alcanzar. Nosotros cubriremos tu rastro, yo puedo acompañarte por un tiempo si quieres. Solo para cuidarte.
- Aun no he decidido. Creo que me iré a Chicago o Florida. Lo que llegue primero, estoy esperando respuesta de esas universidades.
- Excelente, me avisas cuando partirás para decirle a mi padre- Me dijo.
- Ey ¿era en serio lo que dijiste? Yo no necesito un niñero lobo.
- Eso no esta en discusión Bellita. 


En ese momento escuche la puerta. Era Charlie, que se alegró mucho de encontrar a Jacob en casa.
Esa noche tuve sueños muy extraños, yo saltaba de un acantilado y era rescatada por Victoria. Eso no fueron buenos sueños después de todo.