La segunda vida de Bree Tanner

Chicas! como estan,
les traigo este libro que seguro no van a dejar pasar
esta completo y en español.

que lo disfruten



 La segunda vida de Bree Tanner narra la historia de un vampiro creado por Stephenie Meyer para Eclipse, la tercera entrega de la Saga Crepúsculo.
La segunda vida de Bree Tanner es la fascinante historia de este vampiro y del lado más oscuro del mundo en el que habita. La novela recrea el nacimiento del nuevo ejército de vampiros que tiene como única misión ir al encuentro de la indefensa Bella Swan y de la indestructible familia Cullen.
Bree Tanner no sólo es una figura prominente en el libro de Eclipse, sino que también lo será en la película basada en este volumen de la Saga Crepúsculo, producida por Summit Entertainment


Fuente: Solovampiros - latino

Capitulo 27

BELLA POV

Miré mi imagen en el espejo, lucía imponente, para mi gusto estos diamantes eran demasiado, más propios de la realeza que de mi. Pero mi boda se había convertido en un acontecimiento.

El mismo Aro insistió en que me casara en Volterra. Sé que sus intenciones eran mostrar el poder de los Volturi al mundo entero. Por ello convocó a un gran concilio para mañana.

La ciudad estaba cerrada para humanos, es la primera vez que había visto algo parecido. Y muchos de los invitados habían llegado, todos ellos amigos míos, de mis muchos viajes.

Desde mis primeras salidas me pareció de Jane era demasiado severa con las leyes, es cierto que en algunas ocasiones se debió obrar de manera implacable, pero me parecía que también debíamos ser tolerantes y mostrar respeto por la existencia de todos. Me opuse muchas veces a los deseos de Jane e incluso a las maldades de Félix. Había aprendido a desarrollar mi poder tan bien que podía ofrecer protección al que lo necesitaba, hasta que pudiera exponer su caso. Todos merecían ser escuchados.

Un guardia de los Volturi nunca es bien visto y cada vez que llegaba algún lugar en misión sentía el temor de todos. Yo no quería ser temida, quería comprender y ayudar.

-Estás lindísima Bella- la voz de Alice me sacó de mis pensamientos. Rose y Esme me sujetaban el velo con horquillas en un alto moño.

- Ya debemos salir- dijo Esme tomando su celular y marcando.

- Recuerdo cómo me sentí la primera vez que me casé- dijo Rosalie con una sonrisa deslumbrante.

- ¿Cuántas veces han contraído matrimonio tú y Emmet?- pregunté

- Diez veces, siempre escogemos la misma fecha. El día de mi nacimiento humano.

- Dicen que hace siglos no se celebra una boda como ésta, me atrevería a decir que en más de un milenio- explicó Alice.

- Es cierto, el último enlace importante fue hace 1200 años entre Marcus y Didyme- dijo Rosalie

- Pero Alec y Renata se casaron hace 150 años- les conté. De cierta forma estaba muy agradecida con Alec, me había traído a Volterra y había sido quien me transformó y me entrenó. Todo ello por poder estar cerca de Renata que permanecía siempre al lado de Aro como su guardia personal. Su amor era evidente a pesar de la marcada diferencia física. Alec parecía apenas un adolescente.

- No es lo mismo Bella. Hace más de un milenio que los clanes no se reúnen así. Aro ha convocado a un concilio ya que casi todos los aquelarres asistirán- Alice se veía feliz, cientos de vampiros apreciarían su obra. Ella se había encargado de casi todo. Desde el vestido hasta la decoración.

–Claro que ustedes tienen una buena excusa para no asistir- dijo Rosalie con un tono pícaro en su voz.

- Bella, hija, Carlisle ya está en el vestíbulo, el auto espera- Esme me miraba con tanto cariño.

Caminé por los pasillos de piedra, había pasado tantas veces por aquí aunque nunca tan feliz como ahora.

Carlisle llevaba un smoking negro y me sonreía. Me ofreció su brazo y subimos a la limosina. Alice, Esme y Rosalie subieron a un auto delante de nosotras. La pobre Alice tenía aún una expresión de frustración, inicialmente había planeado que llegaría a la iglesia en un coche tirado por cuatro caballos pero no hubo forma de poder entrenar a los pobres animales para que obedecieran. Cada vez que uno de nosotros se acercaba relinchaban y salían huyendo, algunos se lastimaron severamente tratando de alejarse. Al final mi pobre hermana tuvo que resignarse y aceptar un lujoso auto.

- No he conocido a dos personas que merezcan más ser felices como ustedes- me dijo Carlisle mirándome.

- Gracias por todo- le dije. Era como mi padre ahora. Él me llevaría hasta el altar.

Las calles iban pasando, estábamos cerca de la imponente catedral de piedra. No sentía temor sólo ansiedad. Esto era lo que había esperado desde hace tanto tiempo, estar con él para siempre, ser uno por toda la eternidad.

***Flashback***

Corríamos por el bosque de la mano, casi volábamos, los árboles eran sólo manchas verdes. Nuestra coordinación era perfecta, como si lo hubiéramos hecho miles de veces antes. El paisaje fue cambiando bajo nuestros pies había una blanda capa de nieve. Llegamos a la casa que por tantos años visité. Me sentía nerviosa nunca me había acercado tanto pero Edward estaba ahora conmigo y o había nada que temer.

Nos esperaban en la puerta, todos nos miraban y sonreían. Alice saltaba y fue la primera en venir corriendo hacia nosotros.

- Bella, Bella por fin viniste. Te he visto tantas veces y siempre desaparecías- dijo casi airándome al suelo, a pesar de ser pequeña y parecer frágil era muy fuerte.

- Edward, tonto hermano gruñón- se lanzó sobre él. –Si alguna vez hubieras contestado mis llamadas te habría advertido- le reprochó.

- Lo siento pequeña, nunca volveré a dudar de ti- le dijo él agachando la cabeza.

Carlisle y Esme estaban delante de mí, ella nos miraba con una preciosa sonrisa y no se decidía a quien abrazar primero.

- Hijo- dijo por fin abrazando a Edward y sentí las manos de Carlisle en las mías.

- Sabía que todo resultaría bien- me dijo. –Edward, bienvenido nuevamente- y lo abrazó.

- Bella- oí la voz retumbante de Emmet. -¿De verdad trabajaste para los Volturi? Debes contarme cómo es ese tal Félix- me abrazó muy fuerte y luego me levantó del piso y me dio un par ve vueltas. –Por fin estamos completos- gritó. Luego de dejarme en el suelo, se giró a abrazar a Edward, las palmadas que le dio en la espalda podrían haberse escuchado a un kilómetro de distancia. –El hijo pródigo ha vuelto. A ti si que te gusta sufrir hermanito- le dijo riéndose.

Jasper estaba a un lado, abrazó en silencio a Edward y luego se plantó frente a mí.

-Bella, lo siento. Perdóname- dijo cabizbajo.

- Jasper no quiero oír ninguna palabra al respecto, jamás te he culpado por lo que pasó- le dije suavizando mi voz.

- Lo vez tonto- gritaba Alice alrededor de nosotros. Abracé a Jasper, al principio se sorprendió pero luego me correspondió.

Rosalie también se acercó.

- Me alegro de verlos- me dio un suave abrazo y un beso. Abrazó a Edward.

- Lo siento mucho pero ¿podrías dejar de insultarme mentalmente mientras me abrazas?- le dijo Edward y todos reímos. Nos dimos un fuerte abrazo grupal por fin había encontrado a la familia que tanto había buscado. Ahora era parte de ella.

***Fin del flashbacks***

El auto se había detenido, abrieron la puerta y bajé detrás de Carlisle. Alice me arreglaba el vestido, Rose me retocaba el velo y Esme nos tomaba una fotografía.

Entramos en la iglesia después que ellas. No podía creer tantos rostros conocidos: Benjamín del clan egipcio, el niño que casi sepulta a Felix cuando fuimos detenerlo a causa de su extraordinario poder con los elementos. Liam de Irlanda que también se enamoró de una humana y reveló el secreto. Zafrina del clan de las amazonas quien nos ayudó a encontrar a Joham un vampiro que estaba experimentando con una nueva raza de híbridos y matando muchas mujeres. Todos me sonreían. Estaba feliz de volver a ver a tantoa amigos.

Llegamos al altar, Edward me miraba con devoción, todos mis sentimientos se arremolinaban en mi pecho, ahora nunca me quedaría atrás, tenía el poder para mantenerme a su lado eternamente.

-Cuida de ella- dijo Carlisle poniendo mi mano sobre la de su hijo.

- Con mi existencia- respondió sonriéndome.

Aro fue quien presidió la ceremonia, convenientemente adaptada para nuestra especie. No hubo un "hasta que las muerte los separe" ni un "todos los días de mi vida" se usaron palabras que englobaban mucho mas. "Por siempre", "eternamente", "todos los días de mi existencia"

Terminada la ceremonia y ya como marido y mujer fuimos felicitados por todos. Carlisle me ayudó a presentarnos entre sí ya que conocía a muchos de nuestros ilustres invitados.

Ya casi era hora de salir a nuestra larga luna de miel que Alice había programado.

- Bella, hay algunas personas que quieren felicitarte también- dijo Alice.

- ¿Alguien que no haya visto? No sabía que habían llegado invitados a último momento…

- Jacob Black llamó hace un par de horas.

- ¿Jake está aquí?- pregunté horrorizada.

- Tranquila, no es suicida, está en Florencia, pueden pasar a verlo antes de iniciar su luna de miel- dijo encogiéndose de hombros.

- Me ha parecido o acabo de oír el nombre de un licántropo – dijo Edward abrazándome por la cintura.

- Jacob Black, está en Florencia- le respondí.

- Entonces será mejor darnos prisa para que puedas saludarlo. Nuestro vuelo hacia Paris sale en 4 horas- dijo besándome el cuello.

Salimos de Volterra, yo estaba nerviosa, no sabía lo que me esperaba. Hacía un par de años que no veía a Jake. ¿Tendría algo que decirme?

Llegamos al hotel dónde se alojaba. Lo encontramos en la recepción discutiendo con Leah. Al vernos los dos se sobresaltaron. Jake no aparentaba los 40 años que tenía. Leah se veía apenas como una mujer de 30 años.

- Bella- me dijo acercándose un poco pero se detuvo al ver a Edward a mi lado. –Te abrazaría si no fuera por el aroma- y sonrió.

- Yo también me alegro de verte Jake. Que sorpresa.

- Bueno es cierto, quería felicitarte, tu amiga Alice me envió una disimulada invitación y quería verte. Me alegro de que al fin lo hayas encontrado- miró a Edward con recelo.

- Me da gusto conocerlos- dijo Edward apenas esbozando una sonrisa.

- Si a mi también me da gusto conocerte a pesar de lo que eres- le dijo Leah. –Bella te vez genial. ¿Podríamos acompañarlos a algún lado?- agregó

- Es difícil pero Bella tiene que saber Leah- dijo Jake casi reprendiéndola.

- ¿Pasa algo Jake? ¿Mi padre o mama?- pregunté alarmada.

- No ellos están bien, aún. Lo que pasa es que Leah no fue tan cuidadosa como yo en venir aquí. Hay alguien que quiere verte y pues no sé si sea buena idea.- dijo rascándose la cabeza.

- ¿Alguien? No habrás traído a María verdad Jake, ella no tendría que saber…

- John me siguió- Leah se veía incómoda.

- ¿Él está aquí?- pregunté sorprendida.

- Está en el piso de arriba y muy nervioso, se pregunta que aspecto tendrás- dijo Edward.

- No debe verme, ni a ti, vámonos- me giré para salir del hotel.

- Creo que le debes una explicación. ¿Él te obsequió un cuadro?- dijo Edward sonriendo.

- Oh Dios, no lo ha olvidado- dije apesadumbrada.

- Podrías explicarme- me dijo mí ahora esposo con una amplia sonrisa, al parecer le divertía oír los pensamientos de todos alrededor. Leah se veía muy enfadad, Jake como siempre despreocupado.

- Hace casi 10 años fui a Chicago con el fin de saber de aquel cuadro en la casa Massen. La casa estaba en venta. Me entretuve con la nota que estaba sobre el cuadro decía claramente "Para Isabella". John me sorprendió allí, pensó que estaba soñando, yo sólo salí corriendo. Creí que tal vez creyó que alucinaba.

- ¿Te sorprendió un humano?- ahora Edward reía.

- Regresé al siguiente día y me llevé el cuado a Volterra. Se lo di a Carlisle hace dos años.

- Ahora entiendo el misterio del cuadro en Denali- dijo Edward.

- No me agrada esto pero creo que deberían verlo al menos una vez- me sorprendió que Leah me dijera eso. –Es difícil para mí, sabes, debido a sus sentimientos por ti. Pero todos estos años él ha estado seguro de que tú vivías. Yo lo sabía pero no podía decirle nada. Con el tiempo se fue haciendo a la idea pero tuvo que visitar un par de psiquiatras.

- Estoy de acuerdo. Vamos- Edward me tomó de la mano y tiró de mí.

Subí las escaleras casi sin pensar, trataba de recordar todo lo que pasó en el tiempo de la universidad. Mis recuerdos eran un tanto borrosos ya que esa parte de mi vida no la había fijado en mi mente tan desesperadamente como el recuerdo e Edward. ¿Cómo se vería ahora John? ¿Se vería como un hombre mayor? Caminamos por un pasillo con varias puertas. Nos detuvimos frente a la habitación 205, la puerta estaba junta. Contuve la respiración y empujé la puerta. Allí mirando por la ventana estaba un hombre de 45 años, ancho de espaldas, con el cabello apenas entrecano y un tanto subido de peso. Se giró a verme y no mostró el menor signo de miedo o sorpresa.

- Sabía que no habías muerto- dijo sonriendo. Sus ojos eran de un verde precioso, tal y como recordaba. –Te vez bien- De pronto miró detrás de mi y sus ojos se abrieron un poco. –Edward. Es un placer conocerte.

- El placer es mío John- le estrechó la mano. Ambos sonreían, se reconocían, sabían que de alguna forma lejana estaban emparentados.

- Me alegro de que estén juntos- dijo John, ahora hay luz en tus ojos Isa... Bella.

Me acerqué y me abrazó.

- No quiero saber que eres, aunque lo supongo. Sólo saber que estás bien tranquiliza mi espíritu. Pensé que estabas perdida y sin rumbo. Ahora que sé que se han encontrado estaré en paz- Nos miró a ambos y sonrió.

- Estamos juntos y así será para siempre- dijo Edward abrazándome. –Gracias por todo John, por cuidar de ella y haberte arriesgado a venir hasta aquí.

- Ha sido genial verlos, ahora aunque me digan que estoy perdiendo la razón no volveré a aceptar ir a un loquero. Cuida siempre de Bella- John nos sonreía

- Con mi vida- Se abrazaron. –Debemos irnos pronto o perderemos nuestro vuelo.

- Adiós Bella, que seas muy feliz- me sonrió

- Nos veremos alguna vez John, cuida de Charlie por mí.

Salimos de la habitación más calmados y tranquilos. Estaba muy contenta, por fin había unido mi pasado y mi presente. Y ahora el futuro se tornaba tan brillante. Al lado de Edward todo me parecía un cuento de hadas. Él era todo lo que yo quería. Él era todo mi mundo.

FIN

- Notas de la autora:
Gracias por su paciencia, me costó terminar este fic. Escribí muchas veces este epílogo y ninguna me convencía quería una ultima aparición de John, un personaje al que le tomé cariño. Gracias a todas por sus constantes muestras de apoyo.


Besitos besitos
PATTYMASSEN
FanFiction: PATTYMASSEN
 


- Mas notas mias:
Chicas muchas gracias por leer esta  historia espero que les halla gustado tanto como a mi ^^, seguire subiendo algunas de las historias que piense que les van a gustar, o si quieren que haga propa a alguna de las suyas con gusto lo hare, estoy aqui para lo que necesiten, muxhas gracias por todo.

Anabella Cullen

Capitulo 26

EDWARD POV

Sus manos entre las mías, sus ojos en mis ojos, era todo lo que había soñado. Volver a tenerla. Quería preguntar muchas cosas y no sabía por donde empezar, sabía que no me ocultaría nada. Así que debía empezar por lo primero

- ¿Me amas?- le dije

- ¿Lo dudas?- respondió

- No, ya no- y le sonreí

- Claro que te amo, nunca he dejado de hacerlo aunque pensé que, bueno ya sabes, lo último que me dijiste no fue nada romántico ¿verdad?

- Lo siento- le respondí.

-Bella- le dije y se sentía maravilloso poder decir su nombre mientras la miraba, sus bellos ojos chocolate ahora eran de un dorado brillante, pero era la misma mirada.

- Edward- respondió, mi nombre sonaba maravilloso viniendo de ella.

- ¿Me contarás ahora la verdad de lo que paso?- pregunté

- Si. ¿Qué deseas saber?- y me sonrió.

- ¿Quién te convirtió?- pregunté, aunque ya sabía la respuesta quería confirmarlo.

- Alec-respondió sin vacilar, no esperaba esta respuesta.

Mi mente vagó por todos mis recuerdos tratando de encontrar a alguien con ese nombre en todos estos años.

- ¿Quién es Alec? Espera, antes de que me pierda nuevamente. Aclárame algo. Leí tus cartas y solo hasta hora me doy cuenta de que fuiste tu la que escribía hasta que te encontraste nuevamente con Victoria. Pensé que ella había sido la que te convirtió. ¿Qué es lo que pasó allí? No fuiste clara al respecto. Sé que en un momento determinado aparecieron los licántropos.

- Cuando ellos aparecieron ya era tarde. Yo había tomado mi decisión. Acepté irme con Victoria, Jacke y Sam no pudieron hacer nada, Victoria no estaba solo con Laurent. Había 5 más con ella. Neófitos.

- ¿Cómo que aceptaste ir con Victoria? ¿Neófitos? Bella ¿Dónde has estado este tiempo?- Parecía para ella tan conocidos todos los términos de nuestra.

- Buscándote, siguiéndote. Esperando- respondió suspirando.

- Bella, cuéntamelo todo- le pedí ansioso

BELLA POV

Su rostro estaba a unos centímetros del mío, quería besarlo nuevamente pero tenía una historia larga que contar, esperaba que no me interrumpiera a menos que sea necesario. Así que comencé.

-Cuando recibí la nota que me habían enviado, firmada por Rosalie, pensé que podría también ser una trampa de Victoria, lo presentía. Había tenido varios días para decidirme. Sea quien sea que fuera, lo seguiría porque solo quería hacer una cosa en el mundo. Encontrarte. Si era Victoria se lo pediría, no importaba el precio. Sentía que en cualquier momento saltaría de un acantilado cuando ya no pudiera soportar la tristeza en mi pecho. Nunca me recuperé por completo, hice muchas cosas para reponerme pero siempre me faltaba el aire, me faltaban fuerzas. Me sentía quebrada.

Cuando ella me tomo en brazos para llevarme llegó Jacke y pelearon por un momento, luego llegaron los neófitos que ella había creado para poder llegar a mi.

Victoria quería venganza. Me propuso un trato. Me ofrecía la inmortalidad, con una condición. Ayudarla a destruirte. Ella era buena rastreadora, me dijo que sabía donde estabas creía que como me habías dejado yo también te odiaba. ME tomó solo dos segundos aceptar y me llevó lejos de allí. Los demás se quedaron luchando. Pero cuando llegamos al lugar donde se había estado escondiendo en Chicago había otros dos neófitos más. Uno al parecer era su nueva pareja. Y la otra recién había despertado. Se abalanzó sobre mí y con mucho esfuerzo lograron quitármela de encima. No habían terminado de dominarla cuando ellos llegaron. Cuatro figuras encapuchadas salidas de la nada, se confundían con la noche. Dos de ellos muy altos y siniestros y dos más con las caras muy pálidas y hermosos. Sin mediar palabras acabaron muy pronto con Victoria y los otros dos neófitos. Hablaron brevemente acerca del ataque en el lago sobre la prohibición de verse expuesto en un lugar público.

Luego ella se volvió hacia mí. Jane. Me miró con mucha arrogancia y sus ojos parecían taladrarme. Yo no sabía lo que estaba haciendo ni lo que pasaba. Uno de ellos Félix soltó una carcajada al ver la situación. Inmediatamente Jane lo miró y él rodó por el suelo retorciéndose de dolor. Presentí que eso era lo que me estaba haciendo segundos antes y me alegraba que al igual que contigo mi mente funcionara en otra frecuencia o de tener mal la cabeza. Entonces el otro que tanto se parecía a ella, se acercó a mí, sólo me miraba, no sabía si estaba intentando hacerme algo.

Entonces sentí que Jane se alejaba unos pasos, después de unos minutos los otros dos comenzaron a moverse de forma extraña, como si estuvieran ciegos. Yo seguía allí de pie sin saber que hacer. Sin poder correr o escapar.

Entonces él fue el primero en acercarse a mí.

- Soy Alec, cual es tu nombre me dijo.

- Soy Bella, le respondí.

- ¿Sabes que somos?- me preguntó

- Vampiros- respondí sin titubear.

- Y puedo saber como lo sabes- volvió a preguntar con gran interés.

- Amo a un vampiro- le dije

Ella soltó una carcajada y se acercó a mí.

- Félix, acaba con ella- ordenó

El mas alto y fornido de todos dio un paso hacia mí, al parecer ya se había recuperado de lo que sea que le pasaba. Pero Alec lo frenó.

- Ella va a acompañarnos- dijo

- Sabes que no hay concesiones ni perdón- dijo Jane

- Este es un caso particular y estoy seguro que los maestros apreciarán una buena historia como la que Bella tiene para contarnos y yo estoy impaciente por oírla, además de aclarar porque es inmune a tu poder y al mío.

Y nadie dijo más al respecto. Solo Jane me lanzaba miradas de odio.

Ese día me llevaron con ellos en un vuelo privado hacia Italia. Y llegamos a Volterra. Recordaba los grabados que me mostraste en el despacho de Carlisle y recordé a los volturi. También recordé que los mencionaste una vez mientras veíamos una película, una familia muy poderosa, lo más cercano que hay a la realeza.

Me llevaron a un edificio muy antiguo y amplio. Me sorprendió hallar a una mujer en la recepción y dirigirse a ellos como si fueran sus amigos.

Y entonces después de pasar muchos corredores me hallaba en una de las torres de ese recinto. En la antesala de aquel salón espere por espacio de dos horas, hasta que me permitieron entrar.

Los ojos de Edward se abrieron de golpe ya que los había cerrado todo este tiempo concentrado en mi voz.

- ¿Los conociste? Me preguntó.

- Si, me recibieron muy intrigados. Jane y Alec le hicieron una profunda reverencia.

Alec les explicó lo que había ocurrido, cómo habían seguido el rastro de Victoria y la creación de los neófitos. Ellos escucharon con sumo interés aunque sus rostros eran inexpresivos. Mencionaron que habían presenciado una pelea entre hombres lobo y vampiros. Y que la pelirroja creadora de los neonatos me había llevado hasta su escondite. Donde le dieron muerte junto con otros dos neófitos. Pero que estaban muy intrigados por saber porque había habido una pelea de ese tipo por secuestrar a una humana. También mencionó que yo era inmune a sus poderes y que sabía sobre su existencia. Y tambien que yo había afirmado que amaba a uno de su raza.

La expresión del mayor de todos ellos cambió y se dibujó una sonrisa en su rostro. Al parecer Aro, como le llamaban, encontraba divertido e inusual todo lo referente a mi.

- Acércate pequeña. No te haremos daño. Y me tendió su mano.

Me acerqué con temor y lo toque. Era muy frío y su piel muy gruesa y extraña.

- No puedo ver nada- dijo frustrado. –Necesitas contarnos tu historia. De eso depende ahora tu vida. Y luego deliberaremos.

Entonces comencé a narrarle mi historia, como te conocí y cómo supe sobre ustedes. Obvié algunas cosas como el tratado que hicieron con los licántropos. Solo les expliqué que era amiga de uno de ellos, lo cual le pareció interesar mucho. También les conté sobre James y Victoria. Y por último de la forma en que me dejaste. Eso le sorprendió.

- Típico de mi buen amigo Carlisle- dijo. – Me alegra que haya encontrado una especie de familia- y entonces se volvió hacia sus hermanos para deliberar.

Se tomaron un buen tiempo para ello, yo permanecía de pie y casi me dormía cuando Aro se dirigió nuevamente a mí.

- Las leyes son claras amiga humana- dijo y sonrió al ver mi rostro de ignorancia

- El que no sepas las leyes es irrelevante- volvió a decir.

- Me las puedo imaginar- le respondí

- Quiero oír lo que te imaginas- dijo sorprendido.

- Muerte o transformación- dije

- ¿cual de las dos opciones prefieres?- me dio a elegir.

- Lo segundo- respondí con reverencia, esta vez les estaba implorando.

- Eso tendría sus condiciones- aseguró

- Y yo las cumpliré- le dije porque estaba decidida.

- Primero pequeña, alguien debe ofrecerse a realizarlo y a cuidar de ti el tiempo que te lleve disciplinarte y entrenarte. Son muy prometedores tus dones- dijo y pasó su vista entre todos los presentes. Habían otros vampiros mas, que yo no sabía quienes eran.

- Yo me propongo Maestro- hablo Alec – Jane abrió la boca horrorizada pero no dijo nada.

- Bien. Ya tienes protector. Ahora solo falta tu juramento. Deberás entregarnos un tiempo de colaboración poniendo tus dones al servicio del deber con nosotros.

- Haré lo que sea Maestro- dije aun temblando y deseando que no fuera mucho tiempo.

- 15 años me parecen suficientes- sentenció

- Maestro me podría conceder unos días entre cada año. Unos días en los cuales me pueda ser libre de verdad.

- ¿Como unas vacaciones humanas? Suena interesante. Nadie nunca pidió algo parecido. Me parece justo.

Y entonces allí comenzó realmente mi aprendizaje.

- Alec, tenía otras intenciones a parte de tu transformación- preguntó Edward con dolor en su mirada

- Si- dije alargando su agonía

- Entiendo- respondió.

- No creo que sean las intenciones que imaginas- le aclaré

- ¿Entonces?

- El quería entrenarme, para que ocupara su lugar.

- ¿Por qué? – me preguntó muy intrigado

- Porque no le gustaba viajar ni trasladarse tantas veces. Odiaba su trabajo, quería quedarse en Volterra, al lado de la persona que amaba.

- ¿Entonces él te transformó?- preguntó

- Si.

- ¿Fue doloroso?- preguntó.

- Si, aunque no tanto como yo esperaba ni fue tan largo. Solo dos días. Al parecer cuanto más tiempo tenemos la ponzoña es más poderosa.

- ¿Cómo fueron tus primero días?-

- Extraños. Pasé una semana encerrada para fijar en mi mente los recuerdos que tenía. No quería olvidar.

- ¿Y bebiste sangre humana?- me preguntó temeroso

- Me agradaría decir que no. Pero cuando tenía pocos llegó Heidi y me ofrecieron a un hombre moribundo, no pude resistirme pero fue del único ser humano del que he bebido.

- ¿Y luego que pasó? Preguntaba Edward mas intrigado cada vez.

- Después de comunicarme con Jacke empecé mi entrenamiento y mi nueva vida.

- Con Jacke

- Él sabía que yo no había muerto, al menos que no había dejado de existir y que me estaría buscando, debía decirle que fingiera mi muerte, darle instrucciones para que pueda consolar a Charlie y a mi madre. Para que sepan que no volvería, al menos por un tiempo pero los demás deberían darme por muerta.

- Las últimas cartas. Llegué a creer que fuiste tú.- dijo con mucha tristeza

- Son del diario de Leah, ella prácticamente ocupó mi lugar cuando desaparecí. Charlie y su madre se casaron y ella fue un poco la hija que perdió. También vivió con Jacke y se casó con John. Me pareció justo mostrarte una vida humana como la que querías para mi. No sabía la forma de decírte que había seguido otro caminno. Te he rastreado por mucho tiempo. Me enseñaron a rastrear pero no tengo el don tan desarrollado como Demetri.

- ¿Quien es Demetri?

- Pasé varios años con él, Felix y a veces con Heidi. Los Volturis están muy bien organizados.

- Cuando leí esas cartas creí que te encontraría con una familia, estaba casi preparado para irme pero quería verte una vez más. Me congelé al sentir a otra mujer en el lugar que debías estar.

- Ese no era mi lugar, siempre lo supe.

- Cuéntame sobre tu vida en Volterra- me pidió

- Los primeros meses fueron los más duros, pero en medio año estaba completamente disciplinada en cuanto a mis instintos y mi alimentación. Solía cazar en los bosques de Volterra en un principio y después mucho más lejos. También me enseñaron a expandir mi don y a materializarlo.

- ¿Cual es tu don?

- Escudo. Puedo repeler cualquier ataque mental e incluso físico. Puedo evitar incluso que la lluvia me moje o ser detectada por mi olor. Puedo expandirlo en un radio de 100 metros, no lo he intentado más allá porque no lo he necesitado.

- ¿Y qué tipo de trabajos realizabas para ellos?

- Vigilancia. Seguimiento y castigo a los trasgresores. Aunque me enseñaron a luchar pocas veces lo he necesitado. Viajé a muchos lugares a mantener a los de nuestra raza en el anonimato. Nunca pensé que hubieran tantos clanes, he conocido muchos de nuestra raza y he hecho muchos amigos.

- ¿Y alguna vez hubo alguien especial?- Su pregunta fue casi un susurro.

- Si- dije sonriendo. -Hubo una vez alguien de quien me enamoré perdidamente.

- ¿Y qué pasó?- preguntó mirando al cielo.

- Me dijo que no me quería y me dejó. He pasado muchos años buscándolo- dije riendo.

Se volteó y me rodeó con sus brazos, apretándome contra su pecho.

- No sabes cuanto te he extrañado, no tienes ni idea todo lo que he vivido, conté cada segundo lejos de ti- me dijo al oído.

- Creo que me puedo hacer una idea- dije mirándole fijamente. –Yo no he vivido en el cielo precisamente.

- Esto es el cielo- dijo besándome. Sus besos no eran como recordaba, ya no era frío ni su piel dura. Era suave y cálido, podía sentir cierto calor emanando de él.

- Tu familia- le dije en un susurro. –Le prometía a Carlisle…

- ¿Qué? ¿Los has visto?- preguntó

- Vi a Carlisle en Volterra hace dos años. Me contó que llamabas una o dos veces al año. Me dijo que estabas en Australia la última vez que lo habías hecho.´

- Si, no recuerdo bien, hace casi un año que no les llamo, no sabía que te había visto, al parecer estoy perdiendo mi don con él- dijo algo avergonzado.

- Debemos ir a buscarlos, se pondrán muy felices al saber que estamos juntos otra vez, además tiene algo que me pertenece.

- ¿Qué es?

- ¿Recuerdas aquel cuadro en la casa de los Massen?

Capitulo 25

BELLA POV

He esperado tantos años y pensé que podría esperas unas horas en calma. Pero ha sido el tiempo mas largo al que me he enfrentado.

Él está en casa de Charlie ahora y yo debo esperarlo aquí, sé que vendrá y lo sentiré en cuanto salga por la ventana.

Como he deseado acercarme a él todos estos años y volver a ver sus ojos otra vez. Pero el recuerdo de aquel día sigue presente en mí, es como un sueño lejano pero es el que más me ha acompañado y me ha ayudado a soportar esta vida.

"¿Tú... no... me quieres?

-No."

"No me convienes, Bella."

"Te garantizo que no volverás a verme. No regresaré ni volveré a hacerte pasar por todo esto. Podrás retomar tu vida sin que yo interfiera para nada. Será como si nunca hubiese existido".

Una parte de mi lo creía, la otra lo rechazaba rotundamente. Pero hasta que no oiga de sus propios labios lo que siente no estaré segura.

He cumplido mi condena y ahora soy libre. Sé que podría ir al lugar que quisiese, pero es aquí donde más anhelaba estar. No en Forks, aunque todos estos años solo regresaba para asegurarme de que mi padre viviera feliz. Los niños le han dado un nuevo aliciente y ha volcado todo su amor en la pequeña Bella. He visto como la mira, como solía mirarme a mí, con ese mismo cariño.

John y Leah parecen felices, supe que habían pasado muchos años separados, hasta que él dejó de buscarme y se decidió a ser feliz. Y me alegra que lo haya hecho porque me di cuenta de que ella lo amaba incluso antes de mi conversión.

Jacob tiene ahora a María, nunca pensé que dos personas que parecían llevarse tan mal terminarían amándose.

Él ha sido de mucha ayuda para poder regresar cada año, ahora como el jefe de su manada podía permitirme acercarme a mi padre. Aunque los primeros años peleó mucho con Sam por mi causa, ya que yo no había hecho el pacto con ellos y no era una Cullen.

Solo podía venir aquí dos días cada año. Eso era lo que me habían dado mis jefes, los volturi. Fueron 15 años de trabajos extraños en tierras inhóspitas y con seres tan diversos. Y solo una semana al año podía ser libre de ir a donde me plazca. Aquí solo pasaba un día y los otros me dedicaba a buscarlo a él. Fui por tres años seguidos a Alaska y casi me descubre Alice. Vagué por muchos lugares distintos, hasta que un día pude descubrir su rastro en Sudamérica. Pero él ya no estaba allí. Me preguntaba a dónde había ido. Hubiera sido tan fácil preguntarle a Demetri. Pero yo no llevaba ninguna prenda suya y él no lo había visto nunca. No me atreví a pedir ayuda, debía confiar en mis habilidades.

Pero mis 15 años de condena o de apoyo como ellos lo habían denominado había aprendido muchas cosas que nunca imaginé. Claro yo me imaginaba la inmortalidad al lado del ser que amaba, no una vida así. Pero me adapté rápido además sentía una gran deuda con ellos. Literalmente me habían perdonado vida.

Empezaba a amanecer, me pregunto qué está pensando, si ya ha leído todo o si ya descubrió la última nota que le dejé hace poco.

Y que pasará ahora, cuando venga hacia aquí. ¿Podré resistir estas ansias de mirarle y tocarle? Y si no quiere verme más.

Carlisle me dio ánimos para continuar sino no habría hecho todo esto. Yo pensaba alejarme lo más posible o al menos sólo verlo y desaparecer. Pero la fortuna hizo que me encontrara con él hace dos años, cuando fue a Volterra.

Sentí su esencia en el ambiente, ensanche mi escudo como había aprendido a hacerlo para no ser detectada, me coloqué tras de un árbol lo más cerca que pude a mi tumba, era raro ver una tumba con mi nombre y con el epitafio que yo misma escribí.

Quieta como una piedra espere. No tardo en llegar, tenía el semblante desencajado miraba todas las lapidas buscándome. Me encontró y llego hasta mi tumba donde pensaba que yo yacía. ¿De verdad pensaba que yo estaba allí después de haber vivido varios años una vida sin él?
Me acerque un poco muy lentamente segura de que mi escudo me protegía, lo vi de rodillas parecía sollozar

"Perdóname"- le oí decir. ¿Estaba arrepentido?

- Te amo, te amo, claro que te amo, como pudiste creer que no te amaba. Siempre te he querido y siempre te querré. Cada segundo de los que estuve lejos estuve pensando en ti, viendo tu rostro en mi mente. Cuando te dije que no te quería… ésa fue la más negra de las blasfemias- Esperé tanto por estas palabras, mi corazón muerto pareció revivir y saltar en mi pecho

- Eso era lo que necesitaba oír.- murmuré sin poderme contener.

Pero él no levantó la vista seguía sujetando el mármol.

- Edward- le llamé no quería verlo sufrir así. Él no me miraba seguía sumido en su dolor, pasaron unos minutos tan largos, le lluvia cesó, yo estaba seca debido a mi poder y entonces decidí retirar mi protección para que me sintiera.

Levantó los ojos hacia mí muy lentamente, me miró como si fuera una aparición, como un humano mira a un fantasma. Había miedo en sus ojos. Le sonreí y le tendí una mano. Quería tocarlo, después de todo este tiempo ansiaba verlo de cerca y tocarlo una vez más.

Llegó más rápido de lo que pensé, me tomo entre sus brazos, me estrechó con tanta fuerza que me costó respirar. Luego lentamente se separó de mi seguía mirándome con miedo y angustia en sus ojos.

- Volviste- le dije

- Pero yo… tu… ¿por qué? ¿Qué es lo que te pasó?- dijo atropelladamente. No podía creer que tartamudeara de esa forma, eso me causó mucha gracia y volví a sonreír.

Y luego me besó, como nunca lo había hecho antes, era el beso mas apasionado que me había dado, ya no temía romperme como cuando era humana, yo le correspondí con todo mi ser, podría quedarme así para siempre.

Después de unos segundos o minutos nos miramos, me tomó en brazos y me levantó del suelo, corrió por el bosque, sentía el viento, su aroma, corría y en sus ojos pude ver alegría otra vez. Llegamos a un claro en el bosque.

Un recuerdo lejano me llegó.

"Ahora eres lo más importante para mí, lo más importante que he tenido nunca."

"Y de ese modo el león se enamoró de la oveja"

"Qué oveja tan estúpida"

"Qué león tan morboso y masoquista"

Era como un sueño tan lejano. Pero yo sabía que eso había sucedido. Los primeros días desde mi creación, las dos semanas que estuve en Volterra solo me dediqué a recordar todas las escenas de mi pasado, todas donde él estuviera. No quería olvidar nada, no quería que ese pasado se desvaneciera, después de todo me habían dado a elegir y esta había sido mi elección, porque yo tenía esperanza.

De pronto sentí que me depositaba en la hierba. Se recostó a mi lado, como hace tanto tiempo y permanecimos así algunas horas, mirando el cielo, aspirando nuestros aromas, con las manos entrelazadas. Ninguno de los dos se atrevía a hablar, a romper el silencio. Sabía que debía explicar tanto. Desde el momento en que mi vida cambió. Él tendía miles de preguntas y yo muchas respuestas más.

Capitulo 24

chicas!!  siento mucho que hallan esperado mucho pero ya esta aqui el proximo capitulo... 


EDWARD POV


Me quedé petrificado "donde descansan eternamente"


No. Bella no pudo haber… ella no…


Salí veloz, no me importaba ya si me veían o me escuchaban. Sentí la lluvia empaparme.


Qué es lo que había pasado, no comprendía, no quería aceptar nada aún.


Me tomó 3 minutos llegar allí. Al cementerio de Forks.


Pasé mi vista por todas las tumbas, me detuve una milésima de segundo en nombres conocidos. Newton, Stanley…


Swan. La vi. En el extremo sur, alejada de todas las demás estaba una lápida de mármol blanco. Llegué frente a ella.


Isabella Marie Swan.


Caí de rodillas. Bella, mi Bella. No podía ser, cuando había pasado esto. ¿Después de tener a su hija? ¿Esa mujer era la nueva esposa de John?


Había vivido muy poco tiempo, todas aquellas imágenes que formé a través de sus cartas me llegaron de golpe, el colegio, los lobos, la universidad, la casa de los Massen, el ataque, los viajes, su boda, sus hijos.


Me acerque temblando. Toqué el frío mármol, debajo del cual yacía la persona que más amaba. Jamás diría que la amé eso sería una mentira. La amaría por toda la eternidad.


Por que no regresé antes, desde cuando...cuanto tiempo hacía desde que ella….


Recorrí con mis dedos sobre su nombre:


Isabella Marie Swan


"Las lagrimas más tristes que se lloran sobre las tumbas son por las palabras que nunca se dijeron"


1988-2008


¿Qué? 2008, sólo 20 años. No comprendía. Debía haber un error aquí. Ella vivió más, por lo menos unos 15 años más.


"las palabras que nunca se dijeron"


"Si no me amas. ¿Por qué has vuelto?


No entendía nada, quería llorar, quería gritar.


"Si no me amas. ¿Por qué has vuelto?


Ya no importaba nada, ella no existía. ¿Por qué volví?


Quise hablar pero no podía articular palabra, sólo estaba allí de rodillas frente a esa tumba. Qué le podía decir.


Sólo una palabra salió de mi boca. "Perdóname"


Seguí allí sin poder hacer nada ya.


"Si no me amas. ¿Por qué has vuelto?


Dímelo mirándome de frente"


- Te amo, te amo, claro que te amo, como pudiste creer que no te amaba. Siempre te he querido y siempre te querré. Cada segundo de los que estuve lejos estuve pensando en ti, viendo tu rostro en mi mente. Cuando te dije que no te quería… ésa fue la más negra de las blasfemias- Casi grité, sintiendo que las gotas de lluvia mojaban mi espalda.


- Eso era lo que necesitaba oír-


Una voz me inundó. Se parecía a la de Bella pero era muy lejana como si me hablara desde el cielo. ¿Es que ahora la podía escuchar? ¿Acaso un muerto como yo podía tener alucinaciones?


No podía apartarme de la tumba, mis manos se aferraban a ella, mis ojos estaban cerrados.


- Edward.


La oí otra vez. Ella me llamaba. Mi precioso ángel, como yo podría siquiera pretender mirar al cielo. Quizás si me quedaba un poco más aquí, podría oírla otra vez. Pero a dónde iría. Ya no tenía un lugar a dónde ir. Ya no pertenecía a nadie.


No se cuanto tiempo pasó, ya no sentía el golpetear de gotas en mi cuerpo. La lluvia había cesado. Sentí una leve brisa y un perfume llegó a mis sentidos. Me impactó como la primera vez, pero no sentí el sabor de la ponzoña. Era su aroma, no el olor de su sangre. Pero era su aroma.


Abrí los ojos y levanté la vista muy despacio. Frente a mi la más hermosas aparición de todas me llenó los ojos.


Bella, mi Bella. Parecía un fantasma, pálida y hermosa con un corto vestido blanco.


Las sensaciones me golpearon todas juntas: dolor, angustia, miedo, amor. Sentí que no podía respirar. Me tendió una mano. Creí que desaparecería si la tocaba.


Y entonces sonrió.


¿Una sonrisa? ¿Qué era lo que pasaba? Ella no era exactamente como recordaba, se parecía mucho a mi, pálida, con unas ojeras violáceas debajo de sus bellos ojos dorados. Su corazón no latía. Su sangre no fluía. Pero me sonreía.


Me obligué a ponerme de pie muy lento. Me aparté de la tumba y dí dos pasos hacia ella que me esperaba con la mano todavía extendida.


No alcanzaba a comprender, mi mente se negaba a aceptar pero ya no me importaba nada más que la preciosa visión que tenía frente a mí. No me importó siquiera que desapareciera, sin pensarlo dos veces corrí y la tomé entre mis brazos. Sentí el olor de su cabello, su piel suave y cálida. Si esto era una alucinación yo no quería volver más a la realidad, podría pasar el resto de mi existencia así.


Vi su rostro, tan hermoso ¿qué era ella?


- Volviste- me dijo


- Pero yo… tu… ¿por qué? ¿Qué es lo que te pasó?- apenas pude balbucear.


Sonrió y su sonrisa llenó mi vida nuevamente. Recompuso en un solo segundo los trozos de mi alma que estaban rotos por más de 20 años.


No me contuve más y la besé. Quería aspirar su aroma, quería sentirla más cerca. Primero suavemente y luego con furia. Sentí todo nuevamente el dolor de esta media vida que inició el día que me fui pero ahora ella estaba aquí conmigo.


Me correspondió, sus brazos en mi cuello, sus manos entre mis cabellos, igual que antes. Me separé de ella y la tomé entre mis brazos, seguía siendo ligera como una pluma. Y corrí como nunca antes. Sentía la brisa en mi rostro y por primera vez en 20 años sonreí de felicidad. Sus cabellos volaban al viento, sus brazos no me soltaban.


Llegué al claro del bosque, a ese prado dónde una vez pude confesarle todo lo que sentía.


La deposité en la hierba, era una visión etérea.


Ella entre aquellas flores violetas y amarillas mirándome con aquel vestido blanco.


Teníamos tanto que decirnos, tenía tanto que explicar y yo sólo podía mirarla ya no sentía temor de nada, el mundo podía acabarse en ese instante y no me habría importado.


Ella estaba allí frente a mí, la había recuperado y las dudas, las preguntas no me importaban más, ni como había sucedido esta maravilla. Sólo estábamos ella y yo, como siempre debió haber sido, como siempre sería de ahora en adelante.


Ella era ahora como yo, éramos uno entonces y no nos separaríamos más.


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